La construcción social de los océanos

¿Cuáles son los papeles que juega en océano en nuestra vida?

Cuando pensamos en vacaciones, comúnmente pensamos en sol, playa y mar. El océano es y ha sido parte de la historia del ser humano desde que tenemos registro y tratar de entenderlo ha sido uno de los más grandes retos que hemos enfrentado. Omitir el océano al contar nuestra historia sería omitir una gran parte de nuestro desarrollo como civilización.

La navegación en el océano ha sido una de las grandes revoluciones tecnológicas del siglo XV al XVIII; de la misma forma, la extracción de recursos e investigación en el área marítima ha aumentado de manera exponencial desde la Segunda Guerra Mundial. Este aumento de atención en la biota marina ha resultado en una mayor conciencia en los ecosistemas marinos, su fragilidad y la relación que existe entre el bienestar de estos ecosistemas y los ambientes terrestres.

Los océanos proveen una gran cantidad de recursos, economistas han calculado que los servicios otorgados por el océano están evaluados en 21 billones de dólares en comparación a los 12 billones de dólares otorgados por la tierra.

Esto deriva en la necesidad de estudiar el océano como un espacio de la sociedad; aunque esta inquietud no es algo reciente. Desde la antigua Grecia ya se planteaba esta condición de los seres humanos por el interés en el océano, como escribió el filósofo Strabo: “En cierto sentido, somos anfibios, no conectados exclusivamente con el río, sino también con el mar… El mar y la tierra en la que vivimos son teatros de acción, limitados para acciones limitadas y vastos para acciones más grandiosas.”

El Geographical Review planteó con su programa Oceans Connect en 1999 la construcción de la idea de que los océanos definen las regiones del mundo, no las dividen.

A pesar del gran interés que existe por los océanos, se han hecho relativamente pocas investigaciones de cómo la sociedad transforma el espacio oceánico y, al mismo tiempo, como el océano transforma a la sociedad.

Perspectivas tradicionales en las relaciones del humano con el océano.

Existen tres perspectivas tradicionales para explicar la relación que ha tenido el ser humano con el océano a lo largo de la historia: el océano como proveedor de recursos, como superficie de transporte y como campo de batalla.

La perspectiva comúnmente utilizada es la del océano como lugar de recursos; estudiar esta perspectiva deriva en una gran cantidad de preguntas como ¿cuál es la cantidad máxima de recursos a explotar para que sea sustentable esta extracción? o ¿cómo los sistemas y prácticas tradicionales podrán satisfacer las necesidades emergentes?

Existe un incremento en la cantidad de recursos extraídos del océano, desde recursos vivos hasta recursos materiales, siendo el petróleo uno de los más importantes. Asimismo, el océano también puede ser un gran campo de estudio e implementación para las energías renovables.

Es importante recalcar que la mayor parte de la extracción de recursos se hace dentro de las Zonas Económicas Exclusivas (EEZ por sus siglas en inglés); estas zonas se extienden hasta 200 millas náuticas a partir de las aguas territoriales (12 millas náuticas a partir de la costa).

Sin embargo, esta perspectiva no abarca todas las dimensiones para estudiar de manera acertada la historia del ser humano y el océano. A lo largo de la historia moderna, el uso principal del océano ha sido como superficie de transporte, especialmente comercial, 95% del comercio internacional es hecho a través de barcos.

La construcción del océano como espacio también se ha visto reflejada en el marco legal con la distinción de la ley pública y privada del océano. La ley pública es aquella que gobierna el océano mismo, en referencia al acceso de sus recursos, mientras que la ley privada regula los aspectos comerciales del transporte marítimo.

El mayor inconveniente de esta perspectiva es que el océano como espacio de transporte fue, y sigue siendo, un espacio no regulado.

La última perspectiva es la militar, el océano como campo de batalla o como movilización de las tropas. El poder militar en el océano como espacio reside en una buena movilidad de tropas y en la dominación de tierras lejanas. La movilidad marítima es la base para un nuevo tipo de estructura geopolítica, esto ha sido demostrado a lo largo de la historia con las conquistas del continente Euroasiático. Esta perspectiva, al igual que la perspectiva comercial, tiene su fallo en el hecho de que el mar sigue siendo un espacio sin regulación estricta.

Por esta misma razón, la investigación del océano como espacio no debe de centrarse en una sóla línea de estudio, debe de ser multisectorial cómo lo es el océano mismo. Sir Walter Raleigh lo menciona de manera muy acertada: “El que domina el mar domina las rutas comerciales del mundo. El que domina las rutas comerciales, domina el comercio. El que domina el comercio, domina las riquezas del mundo.”

Personas que han estudiado la perspectiva comercial también han hecho énfasis en la importancia de tomar en cuenta otros usos del océano. Debido a que la perspectiva del manejo de recursos comienza con la observación de que hay usos múltiples del océano-espacio, esta perspectiva es especialmente susceptible de un replanteamiento más complejo de la relación entre la tierra como espacio y el océano como espacio. La naturaleza pluralista de esta perspectiva permite que se amplíe para incluir “recursos” no extractivos proporcionados por el océano, incluidos los “recursos” de conexión (movilizados a través del transporte marítimo) y dominación (movilizados a través del poder naval).

También se han hecho propuestas más regionales enfocadas en un sólo problema, por ejemplo la Comisión Ballenera Internacional que abarca perspectivas como la navegación hasta los desechos de basura.

Sin embargo, este tipo de propuestas aún falla en mostrar un marco de referencia del océano como un espacio integral donde se lleva a cabo procesos sociales ya que implican que el océano está diseñado por y para las sociedades basadas en la tierra mientras que es un espacio donde ocurren conflictos sociales y es transformado por estos.

La perspectiva de la economía política territorial

La naturaleza moldea los comportamientos sociales así como los comportamientos sociales moldean a la naturaleza; la perspectiva de la economía política territorial estudia las relaciones naturaleza-sociedad y la construcción social del espacio al concentrarse en tres aspectos de la construcción social de un espacio: sus usos, regulaciones y representaciones.

Los elementos de la construcción social de un espacio pueden relacionarse con la organización material de la sociedad, que en sí misma es función de la base material natural y de las tecnologías y sistemas de organización social desarrollados para transformar la naturaleza para sustentar la vida social. La lógica y las estructuras político-económicas de una sociedad determinada llevan a los actores sociales a implementar una serie de usos, normativas y representaciones en espacios específicos, incluido el espacio oceánico. Una vez implementado en un espacio particular, cada aspecto de la construcción social tiene un impacto sobre los demás, creando una “nueva naturaleza” de ese espacio; esta “nueva naturaleza” es mantenida por las instituciones reguladoras y tiene una relación directa y recíproca con la construcción social moldeándose unas a otras de manera dinámica.

Por lo tanto, es importante seguir invirtiendo en estudios con enfoque integral para entender el dinamismo que existe entre la sociedad y la naturaleza, especialmente en el océano, apoyándose de distintas disciplinas y enfoques.


Fuente: Steinberg, P (2001). The Social Construction of the Ocean.

Escrito por: Liliana Alvarado, Estudiante de Responsabilidad Social y Desarrollo Sustentable.