¿Cómo el capitalismo ha provocado la explotación de los océanos?
Los océanos son espacios de suma relevancia para un sinfín de procesos que ocurren en nuestro planeta, sin embargo, la importancia que se les ha brindado no siempre ha sido la adecuada. Los estudios relacionados a los océanos a comienzos del siglo XXI se concentraron en las problemáticas físicas que éstos enfrentan, por ejemplo, la explotación de peces para consumo humano, la disminución de poblaciones de algunas especies marinas, los llamados servicios ecosistémicos que brindan (principalmente absorción de CO2) y el impacto humano que se ha ejercido sobre ellos.
Los océanos albergan una gran cantidad de riqueza biológica, y debido a esto, han tomado protagonismo en el campo de la ecología; cada vez son más valorados debido a su biodiversidad y otros atributos de interés humano y biológico.
Uno de las primeras relaciones del ser humano con los océanos es la pesca, que a lo largo de la historia humana, ha evolucionado y trascendido por los diferentes modelos económicos. En el capitalismo, la pesca se industrializó, y con ello, dio paso a la sobreexplotación de los océanos: alrededor de un millón de barcos pesqueros extraen especies para el consumo humano a lo largo y ancho de los océanos. La industrialización de la pesca fue también evolutiva, pues conforme avanzó la tecnología, también avanzaron los métodos y cantidad de especies explotadas. Asimismo, la evolución de los medios de transporte y almacenamiento (por ejemplo, los medios de refrigeración) contribuyeron al cada vez mayor consumo de especies, logrando llevar productos del mar frescos a regiones que no necesariamente son cercanas a las costas.
Conforme avanzó el consumo de productos marinos y la tecnología empleada para su aprovechamiento, también comenzaron las regulaciones de ciertos territorios para la pesca, en otras palabras, se privatizó el uso de los océanos: miles de empresas interesadas en la pesca deben pagar impuestos y permisos para la libre pesca, lo cual se alinea con las ideas del capitalismo y los modos de consumo y producción.
Con el desarrollo de los océanos como espacio producido por el capitalismo, es interesante analizar cómo el consumo es un factor creado, es decir, las necesidades de ciertos productos son propuestas por el mercado en función de sus necesidades y oportunidades de explotación. Un ejemplo de ello es lo ocurrido con el atún rojo, el cual a principios de 1900 era considerado un producto de alimento para las mascotas, sin embargo, dada la cantidad de especies capturadas, el peso que tenían y los recursos que se ocupaban para su captura, en poco tiempo se convirtió en una de las especies más cotizadas para el consumo humano; esto trajo consigo que el mismo atún rojo se encuentre en peligro de extinción.
La extinción de algunas especies debido a su pesca para el consumo humano no es el único problema ambiental derivado de la explotación de los océanos para el beneficio del capital, existen otras problemáticas como el uso excesivo de combustibles fósiles para el movimiento de los buques, los derrames de combustible en los ecosistemas y el daño a otras especies por la pesca indirecta.
En la actualidad, el desarrollo de la tecnología ha provocado que los barcos pesqueros funcionen de manera más eficiente para la explotación con el uso de GPS y predicciones meteorológicas se plantea un modelo donde menos personas se involucran en el trabajo y se captura una cantidad de peces muy alta en un tiempo reducido.
A causa de la gran sobreexplotación de especies debido a la pesca y el deterioro de los ecosistemas, el capital desarrolla nuevas técnicas de producción que cumplan con el objetivo de generar riqueza económica sin importar la degradación ambiental, el ejemplo más claro con relación a los océanos, es la acuicultura industrializada.
Al igual que la pesca, la acuicultura es una técnica que data desde las primeras civilizaciones, pero su industrialización es relativamente reciente. Consiste en la crianza de peces en granjas acuáticas donde se les reproduce, alimenta (muchas veces con hormonas) para después ser “cosechados”. Su semejanza con la agricultura ha llevado a ciertos análisis, como el que propone Edward Carr, señalando que se busca que los océanos sean cada vez más como las tierras, con orden y leyes.
La acuicultura se ha planteado como la Revolución Azul, pues es vista por múltiples organizaciones (por ejemplo, la FAO) como un estandarte de la seguridad alimentaria, sin considerar que los problemas se deben a la distribución y no a la producción de alimentos. La acuicultura es en realidad un mecanismo que busca la generación de ganancias económicas y no una forma de contribución a los problemas sociales y mucho menos ambientales.
Escrito por: Ing. Jair González, Especialista en Desarrollo Ambiental en Grupo Promesa.
Fuente: Clark, B. & Clausen, R., 2008. The Oceanic Crisis: Capitalism and the Degradation of Marine Ecosystem. Monthly Review.