El cambio climático, la contaminación de ríos, del aire y la producción masiva de basura, son temas centrales en nuestra cotidianidad; “que ya no nos van a dar bolsas de plástico en el súper”, “que ahora en los puestos de comida mejor llevemos tupper para ya no usar unicel”, entre varias medidas… y la pregunta que te surgió fue ¿esto nos alcanzará para terminar con el tema de la contaminación?
Maocir Gadotti menciona en su libro “Pedagogía de la Tierra” de manera fatalista, pero real que estamos entrando en una “era de destrucción” la cual, nunca desaparecerá de la historia de la humanidad y que, de aquí en adelante, las generaciones futuras deberán tener la tarea de resolver este problema (Gadotti, p. 27, 2002).
Ante la aseveración de sus palabras, lo que sugiere es mirarnos como seres activos en el cuidado de la naturaleza, para esto resulta oportuno mirar a la ecología como algo social, que a lo global se le pueda dar soluciones de manera local o en el mejor de los casos; vernos como una comunidad global, por ello, a todas y a todos nos compete el cuidado del único mundo en el cuál, sin importar las fronteras, merece nuestro respeto y protección.
Si observamos esto no como “una moda”, si no como problema real y permanente, entenderemos que el mundo necesita de soluciones inmediatas y concretas para combatir la contaminación de nuestro entorno. Esto es un área de oportunidad para la educación, pues es importante en nuestra formación como ciudadanos del mundo. Para ello, surge un término en la rama educativa que resulta oportuno revisar para progresar en los procesos de concientización, la ecopedagogía, “la cual debe ser entendida como un movimiento social — político y que tiene el reto de ensayar la vivencia de ver a la tierra como única comunidad” (Gadotti, 2002).
Ante esto, déjame decirte que no importa si eres o no especialista en el tema educativo, seguramente has aplicado frases como “la gente tira basura porque no tiene educación”, o cuando es día de recolección en tu escuela y notas que siguen llegando bolsas con residuos mezclados te gustaría proponer cursos, talleres o pláticas de introducción de separación de residuos. Si desde ahí comienza tu preocupación debo decirte que haces feliz a la ecopedagogía, porque desde que piensas a la educación como un espacio para mejorar los hábitos, eres ya un agente de cambio que se preocupa por lo que está aconteciendo en tu entorno.
Y sí, lo peor es no comenzar con la erradicación de malos hábitos, la inmovilidad y la indiferencia del tema ambiental es el mayor problema. Nosotros somos quienes debemos cuidar nuestro único hogar; la tierra.
Así que para la próxima pregúntate: ¿Lo que hago puede generar un cambio?, o ¿lo que hago funciona para salvar el planeta? Y si la respuesta es positiva, ¡tú ya estás del otro lado!; ¡el de la solución!
Fuentes: Gadotti, M. (2002). La Pedagogía de la tierra. Siglo XXI, México.
Escrito por: Ignacio, Asesor pedagógico de Escuela Promesa