La película Tiburón aterrorizó a toda una generación tras ser estrenada en 1975. Hoy en día los miedos que generó en las audiencias le cobran factura a las diferentes especies de tiburones, cuya pesca incrementó después de que la película se convirtiera en un hito cultural.
Sin embargo, el terror que generó frente a los tiburones y la pesca que derivó de este es tan solo una parte de las atrocidades que ocurren hace décadas y que siguen ocurriendo en el mar y fuera de él, pero de mostrarnos estos miedos reales se encargan los documentales.
Quizá habrás visto o habrás escuchado del documental que se estrenó en Netflix hace 7 meses llamado Seaspiracy La pesca insostenible, varios quedamos con la idea de que comer pescado y mariscos ya no era viable ¿o fui solo yo? El caso es que las temáticas y fibras que tocó el documental son difíciles de olvidar, al igual que pasar la página como ocurre con tantos otros productos audiovisuales que consumimos a diario.
Por lo cual Seaspiracy es nuestra primera recomendación para entender el verdadero terror que existe en los océanos:
Seaspiracy: la propuesta de Ali Tabrizi y Kip Andersen se enfoca en la industria pesquera y las diferentes interferencias negativas que tenemos los humanos en el océano: pesca descontrolada, plástico invadiendo las superficies marinas, pesca indiscriminada de especies supuestamente protegidas y la corrupción que rodea todas estas prácticas y que imposibilitan las acciones para contrarrestarlas.
Es tanta la información que maneja este documental que es difícil ver la luz al final del túnel y creer que la humanidad ha hecho algo bueno por estos ecosistemas, probablemente no. Las críticas han sido insistentes a este documental y hay muchas dudas frente a cifras y datos que dan los cineastas, pero lo cierto es que el mensaje es muy claro y válido: lo que hacemos no es sostenible, por lo cual hay que replantear muchas prácticas en nuestra relación con los ecosistemas marinos.
Esta temática y la manera de abordarla con la crítica no son nuevas, la manera en que los humanos interactuamos directa o indirectamente con los ecosistemas marinos ha sido preocupante y cuestionable por décadas. Los mercados que se benefician con estos hábitats son muchos y Kip Andersen y Ali Tabrizi solo nos mostraron un panorama general de todo lo que nos debería dar miedo y que está pasando.
Por eso mismo es que con este blog queremos recomendarles otros dos documentales crudos, de miedo real y latente, capaces de abrirnos los ojos frente a prácticas de ciertas industrias para que tomemos conciencia y decisiones a partir de la información que obtenemos de ellos.
The Cove: este documental es del 2009, y aún así sigue vigente. El largometraje desarrolla un tema muy intenso que hay que ver para entender lo que sigue ocurriendo con la pesca de delfines en Japón y lo cuestionable que pueden ser las industrias de parques marinos.
La historia es conducida por Richard O’Barry, quien fue un entrenador de delfines en un parque acuático; experiencia que le sirvió para que años después se convirtiera en activista y decidiera exponer junto al director del documental, Louis Psihoyos, las terribles prácticas de los pescadores de Taiji, Japón y la manera en que abastecen la demanda de delfines tanto para alimento como para entretenimiento en los parques marinos.
The Cove trae consigo una historia triste, capaz de vincularte con los delfines y ver lo antinatural y terrible que puede ser el entrenarlos y esperar que la belleza de los shows de los que son protagonistas en los parques sea la historia completa.
Blackfish: si The Cove toca el tema de los parques Blackfish se centra completamente en ellos. Este documental del 2013 recopila una serie de entrevistas a personas que trabajaron en parques acuáticos como SeaWorld y que eran entrenadores de orcas. La manera en que los diferentes entrevistados cuentan sus experiencias dejan claro lo ingenuos que podemos ser todos al creer que los animales salvajes pueden servirnos de entretenimiento.
Durante la película se habla de varios accidentes que ocurrieron y muertes de diferentes entrenadores por orcas que se capturaron, se mantuvieron en condiciones lamentables para seres con la libertad del tamaño de un océano y cómo se pretendió que se dedicaran a dar shows con poca comida, poco espacio y olvidaran su instinto.
Blackfish es un largometraje fuerte, que nos muestra lo lejos que podemos llegar por las industrias del entretenimiento, poniendo en peligro a las personas y mostrando lo despiadado que es el tener a un animal en cautiverio y las consecuencias que eso puede traer al subestimarlos.
No podemos pretender cambiar las industrias de un momento a otro, pero si algo nos enseñan estas historias es que somos gran parte del problema, por lo cual nuestras acciones cuentan, podemos optar por decidir mejor y no apoyar aquellas industrias con las que no estamos de acuerdo. Nuestras decisiones de consumo ayudan a materializar miedos y escenas de terror que son reales día a día en el mar y en los océanos.
Escrito por: Paula Trujillo Sánchez, comunicadora social y periodista.
Referencias:
- BBC News Mundo. (2015, 9 junio). Cómo una película dañó para siempre la reputación del tiburón. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/06/150608_tiburon_blanco_terror_pelicula_cch
- Cowperthwaite, G. (2013). Blackfish. Estados Unidos: CNN Films.
- Psihoyos, L. (2009). The Cove. Estados Unidos: Nation Earth.
- Tabrizi, A. (2021). Seaspiracy. Estados Unidos: Kip Andersen.