Pantalones para tienda. El impacto de la Moda Rápida o Fast Fashion

Escrito por: Ana Karen Angón Rodríguez, Gestora de Contenido Ambiental en Grupo PROMESA.

Seguro has visto en más de una ocasión el video en el que el Pato Lucas se convirtió en un ícono de estilo con sus “pantalones para tiendas” (esa señal de respeto en el centro comercial). Sin embargo, detrás de esta divertida tendencia se esconde un fenómeno de la moda que ha llegado a las tiendas de ropa, y sí, ¡los llaman literalmente pantalones para tiendas! 

En un mundo donde la demanda de ropa avanza a una velocidad vertiginosa, hemos dejado atrás la costumbre de conservar un par de pantalones durante años. Cada vez es más común que los consumidores puedan permitirse adquirir nuevas prendas después de usar las anteriores apenas unas cuantas veces. Empresas enteras han florecido bajo el paradigma de la “moda rápida”, ofreciendo ropa económica y de mala calidad para satisfacer esta creciente necesidad de cambio constante.

Este enfoque lineal de compra, uso y desecho rápido de prendas está teniendo un impacto negativo tanto en las personas, como en el ambiente. La globalización de la industria de la moda, donde las prendas se diseñan en un lugar, se producen en otro y se venden en todo el mundo, ha intensificado esta tendencia. 

Foto de NEOSiAM 2021, disponible en Pexels.com

Para este sistema lineal se extraen recursos no renovables masivos para fabricar prendas que, a menudo, se utilizan por poco tiempo antes de terminar en vertederos o ser incineradas. Se estima que más del 50 % de la moda rápida se descarta en menos de un año, lo que genera costos económicos y ambientales significativos.

Menos del 1 % de los materiales utilizados para la ropa se recicla en nuevos productos, lo que equivale a una pérdida de más de $100 mil millones al año. La falta de reciclaje y el uso de materiales reciclados en aplicaciones de menor valor contribuyen a esta pérdida masiva. 

La industria textil depende en gran medida de recursos no renovables, como petróleo para fibras sintéticas, fertilizantes para el cultivo de algodón y productos químicos para la fabricación y el teñido. La producción textil también consume una cantidad considerable de agua, lo que afecta a regiones con escasez de este recurso. Además, las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria textil superan las de vuelos internacionales y transporte marítimo combinados.

La producción textil a menudo implica el uso de sustancias peligrosas que afectan a agricultores, trabajadores de fábricas y el entorno circundante. Por ejemplo, la descarga de aguas residuales sin tratar contamina ríos utilizados para pesca, consumo y baño en comunidades locales.

Con la demanda de ropa en constante crecimiento, especialmente en mercados emergentes, como Asia y África, se proyecta que las ventas totales de ropa se tripliquen para 2050, alcanzando los 160 millones de toneladas. Este aumento agravaría significativamente los impactos negativos de la industria.

Imagen extraída de A New Textiles Economy: Redesigning fashion´s future.

Si no se modifica el rumbo, los impactos de la industria de la moda podrían tener consecuencias catastróficas. Si seguimos como hasta ahora, para 2050, la industria podría consumir más del 26 % del presupuesto de carbono asociado con un aumento de 2 °C en la temperatura global. Por lo tanto, es fundamental alejarse del sistema actual de moda lineal y derrochador para mantenernos dentro de los límites del calentamiento global.

Contrarrestar los efectos negativos de la moda rápida y el impacto ambiental ya existente es una tarea que puede abordarse a nivel individual. Aquí hay algunas acciones que puedes tomar:

  • Opta por comprar ropa de manera más reflexiva y con menos frecuencia. Prioriza la calidad sobre la cantidad y elige prendas que sean duraderas y versátiles.
  • Busca marcas que se comprometan con la sostenibilidad, como la producción ética, el uso de materiales reciclados y la reducción de residuos. Puedes invertir en ropa de estas marcas que promuevan prácticas comerciales responsables.
  • Explora tiendas de segunda mano, mercados de pulgas o aplicaciones de compraventa para adquirir ropa usada en buen estado. Esta opción reduce la demanda de ropa nueva y fomenta la reutilización.
  • En lugar de desechar ropa, dónala (si está en buen estado) a organizaciones benéficas o centros de reciclaje de textiles. Esto ayuda a reducir la cantidad de ropa que termina en vertederos.
  • Lava y almacena tus prendas de manera adecuada para prolongar su vida útil. Sigue las instrucciones de cuidado en las etiquetas para evitar daños innecesarios.
  • Organiza intercambios de ropa con amigos o participa en eventos comunitarios de intercambio. Esto te permite obtener ropa nueva sin gastar ni contribuir al desperdicio.
  • Evita comprar ropa de moda rápida y en su lugar opta por prendas que tengan un diseño atemporal y versátil.
  • Investiga y aprende más sobre la industria de la moda y sus impactos. Cuanto más comprendas los problemas, mejor podrás tomar decisiones informadas.

Fuente: 
Meister, P., Frechen, C., Haass, A., Hill, C., Samuel, M., Tyagi, N., Fashion, B., Ahmed, E., Luckman, T., Hashemi, N., & Bethell, S. (2017). A New Textiles Economy: Redesigning fashion´s future.

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