Si alguna vez te has preguntado si es adecuado arrojar residuos orgánicos en lugares naturales como jardines, pastizales, montañas o bosques, este artículo te proporcionará una respuesta clara y te explicará por qué esta práctica debe evitarse a toda costa.
Es cierto que los residuos orgánicos son biodegradables, lo que significa que eventualmente se descompondrán en la naturaleza. Sin embargo, no es tan simple como parece. La descomposición de estos residuos requiere condiciones específicas como humedad, presión, una temperatura adecuada y la presencia de microorganismos apropiados.
Cuando dejamos estos desechos al aire libre en sitios no diseñados para su descomposición, esta biodegradación ocurre de manera mucho más lenta. Pero eso no es todo, arrojar residuos orgánicos en espacios verdes tiene consecuencias mucho más amplias.
Al dejar estos desechos expuestos en el entorno natural, estamos causando alteraciones en el ecosistema, ya que la fauna local podría alimentarse de los mismos, lo que modificaría su dieta y, por tanto, la dinámica poblacional de las especies nativas. Además, la acumulación de residuos orgánicos puede atraer plagas de ratas e insectos, lo que favorece su proliferación.
Por otra parte, arrojar residuos orgánicos en espacios verdes también tiene un impacto directo en el ambiente. Estos desechos en descomposición liberan un exceso de nutrientes en el suelo y pueden contaminar fuentes de agua cercanas. Esto puede dar lugar a la eutrofización, un fenómeno en el que el agua se vuelve rica en nutrientes, lo que conduce a la proliferación de algas y la disminución del oxígeno en el agua, afectando de manera grave la vida acuática y degradando el ecosistema local.
Además, la descomposición de estos residuos en el suelo también puede afectar negativamente la calidad de la tierra, dificultando el crecimiento de plantas nativas y alterando la salud de los suelos. ¡Incluso la calidad del aire puede verse afectada por estos desechos en descomposición!
Los desechos orgánicos emiten gases y olores desagradables que pueden ser perjudiciales para la salud y el bienestar de las personas que viven cerca; además, la belleza natural de nuestros entornos se ve empañada cuando están llenos de desechos en descomposición, lo que no solo disminuye el atractivo de los espacios verdes, sino que afecta la calidad de la experiencia recreativa de quienes los visitan.
Pero entonces, ¿cuál es la solución?
Disponer de residuos orgánicos de manera adecuada conlleva varios beneficios, como la generación de compost de alta calidad que mejora la fertilidad del suelo, la reducción de la cantidad de desechos que van a vertederos, lo que contribuye a la conservación de recursos naturales y la reducción de la generación de gases de efecto invernadero.
De igual forma, la gestión adecuada de estos residuos reduce la presencia de plagas y patógenos, disminuyendo los riesgos para la salud pública. Por último, la eliminación adecuada de residuos orgánicos mantiene limpios y ordenados los espacios verdes, mejorando su atractivo visual y su calidad para el disfrute de la comunidad.
En resumen, cuidar y gestionar de manera responsable nuestros residuos orgánicos es esencial para preservar la naturaleza y mantener nuestros espacios verdes limpios y saludables para todos.
Así que ya lo sabes… ¡La próxima vez que estés en la naturaleza, recuerda llevar contigo tus residuos orgánicos y disponer de ellos adecuadamente!
Escrito por: Ana Karen Angón Rodríguez, Gestora de Contenido Ambiental en Grupo PROMESA.
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